Educación
de genealogía: Su historia y futuro
por Brandon L. Baird, M.Ed., AG®
Siempre
hay alguien que está investigando la educación y como uno debe implementarse.
En estos estudios, los investigadores siempre empiezan a ver la historia de
educación o la parte de educación que están investigando. Al empezar mi estudio de la educación de
genealogía, me di cuenta de que no había mucha información sobre el tema, nadie
lo ha investigado. ¿Por qué no lo han
investigado? no sé, sólo sé que es algo que alguien tiene que empezar.
Hay varios tipos de genealogistas;
los que investigan profesionalmente, los que investigan con el fin de publicar
(obras genealógicas o históricas), los que investigan de pasatiempo, los que
están empezando, etc. No importa que tipo de genealogista se es, todos tuvieron
que pasar por el grupo de “los que están empezando.” La diferencia en este
grupo es la cantidad de tiempo que se queda en el grupo. Algunos genealogistas
no se quedan en el grupo por mucho tiempo mientras algunos están por años (casi
sin fin). ¿Cuál es la diferencia entre ellos? Es cómo recibieron instrucción.
Cada individuo tiene su manera de aprender, para algunos es por oírlo, otros
verlo, y a otros hacerlo. Es imposible hacer que todos aprendan igual. Entonces
las preguntas son, ¿qué hemos hecho en el pasado para educar a los
genealogistas? ¿Qué estamos haciendo ahora? Y ¿qué podemos hacer en el futuro
para ayudar los futuros genealogistas?
¿Qué hemos hecho en el
pasado?
“Aquellos que no estudian su
historia están condenados a repetirla.” Este refrán siempre se usa para los
historiadores, pero también es importante para los genealogistas. Si no
estudiamos ni vemos donde hemos empezado en la educación no vamos a mejorar. La
cosa más importante es aprender del pasado y cambiar el futuro. Los cambios van
poco a poco pero así se hacen. Para empezar los estudios empezamos de revisar
cómo es la tecnología que usaron para presentar una clase, la estructura de una
clase, y la duración de una clase. Mucha información la obtuve de dos
entrevistas que hice por no estar asistiendo a conferencias ni clases en esa
época.
En los años sesenta había una
revolución para las presentaciones, el retroproyector. Este proyector de
diapositivas llegó a ser la herramienta más importante para una clase. En estas
clases el maestro preparaba las diapositivas, las ponía en el retroproyector, y
empezaba a hablar. Tenía una rutina para su clase y la seguía, y a veces tenía
un guion para seguir. Si por alguna razón el maestro perdió una diapositiva o
se cayeron al suelo, la clase podría ser un fracaso. El maestro tenía que
guardar muy bien las diapositivas.
Ahora, esta invención era muy
importante. Le dio oportunidad al maestro para empezar de cambiar su manera de
enseñar. Podría escribir encima de las diapositivas para señalar algo
importante o mostrar a los alumnos variaciones de letra. Esta fue una buena
herramienta que facilitó la manera de enseñar al alumno, pero ¿era suficiente? Primero
tenemos que ver lo que sucedió antes del retroproyector.
Antes del retroproyector el maestro en una
conferencia o clase se puso de pie y empezó a leer una ponencia o guion. A
veces el maestro podría tener una pizarra o caballete con papel grande para
escribir.[1] No era mucho, pero la
tecnología no había avanzado suficiente para usar otros remedios. En esa época
eso era suficiente. Los maestros tenían que estar muy preparados y listos para
enseñar a los alumnos.
En ambas épocas durante la clase había
mucho tiempo para hablar. Al tener los maestros que hablar mucho sin tener
actividades o algo para ayudar a los alumnos a practicar lo que habían
aprendido, perdieron muchas oportunidades para que sus alumnos aprendiesen. En
estas clases y conferencias es importante también reflejar cuánto tiempo
estaban enseñando en una clase. Por lo general las conferencias estaban
divididas en secciones que duraron entre una a dos horas. Para mí como alumno,
estar en una clase por una a dos horas sin tener un descanso o actividades es
difícil. Si es difícil para mí seguro que era difícil para otros.
El pasado nos enseña algo interesante. Nos
enseña que debemos de utilizar la tecnología a nuestra disponibilidad lo máximo
que podamos. La tecnología es maravillosa, puede ser algo tan simple como un
lápiz o más complicado como un portátil. El clave es usar la tecnología.
¿Qué estamos haciendo en
el presente?
En esta sección vamos a ver
información sobre lo que está pasando en las conferencias y clases en el
presente. Hoy en día tenemos mucho más acceso a registros, tecnología, y
enseñanza. Ahora existen recursos que nos permiten ver nueva información y
estudiar métodos de enseñanza de otras personas.
Así es como funcionaron las
conferencias y clases a las que he asistido; entré a la clase y el maestro
empezó a dar una presentación usando PowerPoint. Esta tecnología es muy
poderosa, donde uno puede hacer presentaciones increíbles, llena de
herramientas para ayudar a un maestro a enseñar mejor a los alumnos. Pero el
maestro no solo empezó a usar PowerPoint, empezó a hablar ¿Cómo estaba usando el
guion? Leyendo la información de las notas o desde la pantalla, palabra por
palabra. El maestro no utilizo el PowerPoint a toda su capacidad. Básicamente esto
es igual a lo que estaba sucediendo antes con el retroproyector.
Hay otras tipas de clases que se están
utilizando para ayudar llevar la enseñanza a más alumnos que los que están en el
salón de clase. Algunas maneras son hacer seminarios en línea, cursos abiertos
en línea tales como Massive Open Online Courses (MOOCs), videos de Facebook
Live o en Youtube, crear blogs, y más. Las clases en este formato también son
muy similares de una clase tradicional. Para los alumnos puede ser difícil si
no entienden bien la tecnología o no tienen acceso a ella.
Otra tipa de clase son los talleres.
Por lo general estas clases cuestan más tiempo en preparar y dan oportunidad a
los alumnos de poner en práctica la información que han aprendido. En los
talleres a los que he asistido, la práctica ha sido difícil de realizar. Una
razón es no tener suficientes ayudantes que conocen sobre el tema. A veces el
problema es que el maestro quiere presentar demasiada información en la clase.
La cantidad de información en las
clases también es un problema que los maestros tienen. Como genealogistas, conocemos
mucho sobre un tema y queremos compartirlo con todos. Esto nos hace poner demasiada información
dentro de una clase para cubrir todo, hago la pregunta ¿Por qué no podemos
hacer más clases que contengan menos información?
Parte del problema es que muchos
genealogistas, aunque sean buenos en investigar no son tan buenos en enseñar.
¿Por qué no enseñamos a los genealogistas cómo enseñar mejor? Al enseñar menos
información en cada clase, no tendrá que hablar tanto y dará más oportunidad de
contestar las preguntas de los alumnos, si un alumno es escuchado aprenderá
mejor.
Otra cosa que tenemos que hacer es
aprender de la tecnología. Debemos conocer nuestro medio de presentación muy
bien y no tener miedo de aprender nuevas funciones. Tenemos que ser aprendices
de la tecnología no solamente de la genealogía. Curtis J. Bonk dijo, “Cada
aprendiz del Internet quiere recibir los cursos al entrar que son relevantes o
significativos a si mismo…No hay un único medio que ha transformado la
educación. Ni solo una tecnología. Al contrario, hoy tenemos por lo menos diez tipos
de tecnología para el aprendizaje y la educación, que…ofrecen interesantes
posibilidades para transformar los sectores educativos y entornos. El Internet
es clave para esta transformación.”[2] Si queremos cambiar la
manera de enseñar tenemos que usar no solamente una tecnología, pero muchas. Si
estudiamos como nuestros alumnos podemos seguir mejorando la enseñanza por
ellos. No queremos aburrir a nuestros alumnos sino queremos que estén
interesados, activos, y listos para seguir aprendiendo.
¿Qué puede suceder en el
futuro?
Parte de ser maestro es innovar y
cambiar para el futuro. Tengo algunas ideas de lo que podemos hacer para
empezar traer la educación de la genealogía al siglo XXI. Primero debemos
cambiar nuestro contenido. Lo que estamos enseñando es bueno, pero debemos de
tomarlo y hablar más directo en las clases. Si seguimos dando cada detalle de
la historia de un tema vamos a aburrir a los estudiantes. Un ejemplo, puede ser
del registro civil. En clases que enseñe anteriormente, he dado demasiado
énfasis de la historia del registro civil en vez de dar más énfasis de cómo
usarlo y encontrarlo. Cómo maestro en esta instancia había fallado yo por no
poner claros mis objetivos y enseñar a mis estudiantes.
¿Qué tal si en vez de enseñar en una
hora, usáramos menos tiempo para enseñar menos materia y usar el resto de la
clase para practicar lo que se enseñaron? Otra cosa es dividir la clase en fracciones
y enseñar las fracciones en una manera para dar las clases en secciones más
fáciles de aprender. También con estas secciones se puede dar oportunidad para
hacer preguntas. Esto ayudará mucho en dejar que los alumnos se queden enfocados
en el tema.
Algo más que he usado es poner
evaluaciones dentro de la clase. La clase que enseñé se trataba de paleografía
de español. En la clase les di una evaluación de reconocer palabras y letras.
Tomaron la evaluación al principio de la clase, les enseñé sobre como se forman
las letras y después tomaron la misma evaluación. Después de hacerla, revisamos
las respuestas y porque eran así. Con esta simple evaluación agregada a la clase,
los alumnos aprendieron más y se sintieron más cómodos al leer los registros en
español.
Otra cosa que podemos hacer es agregar
encuestas a las clases. De a los alumnos la oportunidad de analizar la información
dentro de la clase y dar su opinión en un formato de encuesta. O quizás podría
crear una clase que enseñe la metodología de la investigación y darles maneras
de escoger su propio camino de la investigación. Enseñando por qué una manera
es más fácil que otra. En la misma clase dándoles oportunidades de fallar en la
investigación y ser estancados.
Hay tecnología disponible que maestros
pueden utilizar con los alumnos que tengan celulares, iPad, o algo similar. Los
alumnos pueden conectarse a través de sus dispositivos móviles para contestar
preguntas, dar ejemplos, o quizás dibujar algo al maestro. Puede ser útil en
clases de paleografía o cuando uno quiere que un alumno indica dónde se
encuentra una parte de algún registro.
Algo que ha demostrado éxito es tener un
mentor que puede trabajar uno a uno. Bonk dice que “en una década cada aprendiz
en este planeta tendrá un aprendiz de compañero o un grupo de aprendices de
compañeros en otra parte del planeta. Los aprendices tendrán una voz para
escoger su compañero con quien puede compartir el viaje educacional…nos dará
oportunidades para reformular el qué y cómo pensamos con otros que viven miles
de millas lejanos y que comparten ideas similares.”[3] Con esta idea no solo
tendremos alumnos en cada rincón de la tierra, sino que ellos tendrán amigos y
compañeros de estudios también. Esto no solo cambiará la manera de transmitir
información sino también como la compartimos. Ahora se pueden ver los inicios
de este fenómeno. Les dará más oportunidades para aprender si lo usamos bien.
¿Cómo podemos usar estas conexiones para mejorar nuestra enseñanza?
Conclusión
Cómo maestro siempre estoy
intentando mejorar mi manera de enseñar. Siempre hay mejores maneras. Tenemos
que tocar los corazones de nuestros alumnos para que tomen la visión de la genealogía.
Todos queremos tener a alguien quien puede seguir nuestros pasos. Muchas
personas interesadas en la genealogía son de una edad más avanzada, si
cambiamos nuestra manera de enseñar puede ser que traeremos más jóvenes
interesados en la genealogía quienes pueden empezar de tocar el corazón de
otros, haciendo una rueda sin fin.
[1] Joe Everett, MLS (bibliotecario en
FamilySearch), entrevistado por Brandon Baird, Salt Lake City, Utah 30 de
agosto de 2017.
[2] Curtis J. Bonk, The World Is Open: How Web Technology Is
Revolutionizing Education (San Francisco, CA, 2009), 382; traducido por el
autor.
[3] Bonk, The World Is Open: How Web Technology Is Revolutionizing
Education, 365-6; traducido por el autor.
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